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El trabajo en el cartel del pase | XXIII Jornadas Nacionales de Carteles en Córdoba | Cuatro+Uno
XXIII JORNADAS EN CÓRDOBA

Mesa Plenaria: "Usos del cartel y dispositivos de Garantía"
El trabajo en el cartel del pase
Ana Ruth Najles, AME

 

Sabemos que el dispositivo del cartel es un dispositivo inventado por Lacan para producir un trabajo de elaboración de saber. Y esa elaboración es una "elaboración provocada" por la función del más uno del cartel, tal como lo despliega J.-A. Miller en su texto "Cinco variaciones sobre el tema de la 'elaboración provocada'". [1] Ahora bien, a mi entender, la particularidad de lo que sucede en el cartel del pase es que se pone en evidencia claramente que la causa del trabajo está ubicada en el testimonio de cada pasante transmitido al cartel por los pasadores. Pero, ¿qué decimos cuando hablamos de elabora­ción en el psicoanálisis? La primera respuesta, desde Freud, es que decimos trabajo. Y podemos agregar, con Lacan, que se trata del trabajo necesario para pro­ducir un saber. Entonces,cuando decimos elaboración de los carteles del pase estamos refiriéndonos al saber que cada cartel del pase elabora. ¿Respecto de qué? De lo real en juego en aque­llo que transmiten los pasadores acerca de la posición subjeti­va de la que cada pasante dio testimonio, del punto alcanzado en su propio análisis. Y esta elabo­ración de saber de los carteles tiene como horizonte la producción de una clínica del pase. Además, podemos plantear que esta elaboración de los carteles tiene dos vertientes. Una, ligada a la pro­ducción de las respuestas que el cartel da a cada pasan­te respecto de su deman­da de pase. La elaboración de cada respuesta se basa en las argumentaciones de cada uno de los miembros del cartel.

La otra vertiente se relaciona con el saber acumula­do por cada uno de los carteles en el curso de su experiencia del dispositivo, en tanto, como lo señala J.-A. Miller, el cartel es el que "recoge los testimonios, los evalúa y los compara", [2] y debe responder por este saber en la Escuela.

Si lo que da su estatuto a la Escuela de Jacques Lacan resulta de poner en conjunción dos cuestiones fundamentales: la transferencia y el trabajo, los carte­les del pase ponen en acto esta conjunción. ¿Por qué?

Porque el cartel es el dispositivo propuesto por Lacan para realizar el trabajo en la Escuela y el pase,el dispo­sitivo para dar cuenta del trabajo de la transferencia y de sus efectos. Ambos dispositivos, entonces, se pro­ponen llegar a producir la transferencia de trabajo en función de la transmisión del discurso del psicoanáli­sis de uno a otro.

Podemos agregar que si el dispositivo analítico se rige por la política del analista, soportada por la fun­ción de semblante del sujeto supuesto saber, los dispositivos de escuela, por su parte, se rigen por la política del saber expuesto,soportada por el acto de transmisión (discurso histérico). Es la Escuela la que produce su anudamiento. En su seminario Política lacaniana, [3] J.-A. Miller despeja el primer principio de esta política: no ceder ante el real en juego en la formación. Real que no es otro que el síntoma, definido por Lacan como "modo de gozar del inconsciente en tanto éste nos determi­na". [4]

Si, como sabemos desde Freud, la sociedad analíti­ca, como cualquier grupo social, se define por organi­zarse en función de determinados rasgos conocidos de antemano (discurso del amo), sabemos también que la Escuela que nos legó Lacan se define por un vacío de saber en su seno -no se sabe a priori de un psicoanálisis qué es un analista-, vacío por el que cada uno debe responder.

Es por ello que Lacan propone el dispositivo del pase como aquel que permite que la comunidad verifi­que las respuestas posibles y singulares que uno por uno puede dar a ese vacío de saber.

Pero esa verificación que el dispositivo del pase propone requiere de la responsabilidad de cada uno de los implicados en el mismo para la transmisión de sus resultados. Esa transmisión de saber, como toda trans­misión, no se realiza sin pérdida, pérdida que, enton­ces, introduce el lugar para ese plus que llamamos responsabilidad.

Pero, además, la responsabilidad siempre nos remi­te al acto por el que debemos responder, vale decir, a las consecuencias del mismo. De esto se sigue que el acto queda bajo la dependencia del Otro, vale decir, de los otros y, de este modo, pasa a la política de la Escuela. Es decir que el acto se inscribe por el discurso analítico como un acontecimiento singular presto a repetirse una y otra vez de un modo responsable por cada uno. En este caso, el acto de concluir en el dictamen, que no es sin lo que cada uno de los integrantes del cartel pone en juego a partir de su juicio íntimo cada vez.

Teniendo en claro, además, que cada cartel del pase tiene no solo una responsabilidad respecto de cada pasante, sino, y fundamentalmente, una responsabilidad en relación con la comunidad que denominamos Escuela y con la del discurso del psicoanálisis, en tanto estos dependen directamente de la actividad de selección de sus carteles del pase para la nominación de sus AE en tanto que interpretantes de la Escuela.


NOTAS

  1. Miller, J.-A., "Cinco variaciones sobre el tema de la 'elaboración provocada'", Intervención en l´Ecole de la Cause Freudienne (Reunión de Carteles), 11 de diciembre de 1986. Publicado en español en El cartel en el Campo Freudiano, Eolia, Bs. As., 1991.
  2. Miller, J.-A., "La carta de la AMP", 24 de octubre de 1995, El Caldero de la Escuela 37, Bs. As., noviembre 1995.
  3. Miller, J.-A., Política lacaniana,Colección Diva, Bs. As., 1999.
  4. Lacan, J., clase del 18 de febrero de 1975, Seminario 22, "R.S.I.", inédito.