Apertura
Apertura XXII Jornadas Nacionales de Carteles de la EOL
Flory Kruger

Compartir con ustedes la apertura de estas Jornadas de Carteles y que en esta oportunidad, sea en la ciudad de La Plata, además de ser un gran placer, no deja de ser un acontecimiento, ya que si bien estamos habituados a trasladarnos por las diferentes Secciones de la Escuela para llevarlas a cabo, el que hoy estemos acá reunidos, en esta hermosa ciudad, tiene que ver con el hecho de que desde hace mas de dos años, algo aquí, se está gestando, un Movimiento, el de la Orientación Lacaniana: MOL.

Movimiento que el Consejo Estatutario de la EOL siguió muy de cerca, acompañando todas sus iniciativas y compartiendo a la distancia, cada uno de los pasos que se han ido transitando, contagiados por el entusiasmo que nos iban transmitiendo quienes están a cargo de llevarlo adelante.

Tres Coloquios Seminarios, una Conversación Clínica, una Conversación acerca de la Escuela y mucho trabajo de intercambio y transmisión, son parte del recorrido que ha seguido este movimiento.

Quiero destacar y también agradecer, el trabajo que desde la Escuela han sostenido mis amigos y ex compañeros del Consejo, Mauricio Tarrab y Adriana Testa, acompañados por Adrían Schenkelstein y otros colegas de la EOL, junto a otros analistas pertenecientes y no pertenecientes a distintos grupos de La Plata, un trabajo sostenido, que es el que hoy nos permite estar reunidos acá para llevar adelante las XXII Jornadas de Carteles de la EOL.

¡Un reconocimiento pues, para todos ellos!

El cartel es la propuesta que hace Lacan en el momento en que funda su Escuela y ustedes saben bien porqué Lacan tuvo que hacerlo, en el primer capítulo del Seminario XI, la Excomunión, da cuenta de ello.

Podríamos decir que lo que definió la ruptura de Lacan con la IPA, tuvo que ver con el modo de pensar la formación del analista. Fue precisamente para consolidar esta diferencia que funda en el año 1964 su propia Escuela, la Escuela Freudiana de París.

En el Acta de Fundación propone al cartel como el órgano de base de la Escuela y lo dice así: "para la ejecución del trabajo adoptaremos el principio de una elaboración sostenida en un pequeño grupo. Cada uno de ellos (tenemos un nombre para designar a estos grupos) se compondrá de tres personas como mínimo, de cinco como máximo, cuatro es la justa medida. "Mas uno" encargado de la selección, la discusión y el destino que se reservará al trabajo de cada uno." .[1]

Lacan, entonces invitó a quienes lo quisieran, a formar estos pequeños grupos de trabajo, y lo interesante de esta experiencia es que propuso que tuvieran un tiempo limitado de funcionamiento, para luego disolverse, permutar, cambiar y constituirse en un nuevo grupo.

Lo que dejó bien en claro es que de ninguna manera el lugar del "Mas uno" representaba un cargo jerárquico, sino que cualquiera podía ocupar ese lugar, siempre y cuando sea una elección del grupo. Se trataba de una organización circular, marcada por una cierta igualdad, donde nadie era mejor que el otro.

Planteadas así las cosas, el trabajo de Escuela queda centralmente sostenido por el cartel y también por fuera de las jerarquías.

Se trataba de una crítica dirigida al didacta y su lugar de prestigio. Miller dice que el cartel, tal como lo plantea Lacan en su Acta de fundación, es una máquina de guerra contra el didacta y su pandilla.

Efectivamente el cartel fue un invento muy original de Lacan, que junto al Pase y la Garantía funcionaron como fundamento de la Escuela.

No se trata de un conjunto de analistas que se reúnen desde el saber para intercambiar sus conocimientos, sino que se reúnen precisamente por la imposibilidad de saber.

En el año 1991, Miller, en una de sus visitas a Buenos Aires, fue invitado por Roberto Mazzuca, titular de la Cátedra de Psicopatología de la UBA , a dar una conferencia en la Facultad de Psicología.

Recuerdo que lo recibió una concurrencia impresionante, muchísimos alumnos llenaron el aula magna de Psicología, había gente por todos lados, muchos sentados en el piso, trepados a las ventanas, un verdadero hervidero, todos queriendo escuchar su conferencia.

Miller eligió, en esa oportunidad, hablar de la Escuela, pero de la Escuela como uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis, lo cual no dejaba de ser interesante hablar de la Escuela en la Institución Universidad.

Fue una conferencia excelente, y cuando terminó, las dos primeras preguntas que le formularon los alumnos fueron referidas al cartel, es por eso que lo traigo hoy acá.

La primera: ¿Qué lugar le da usted al cartel, dado que Lacan lo nombró como dispositivo que hace a la Escuela?

Miller respondió explicando lo que para Lacan es un cartel, su composición, el momento político y el estado de los carteles en Europa.

En ese momento, aun no se había fundado la EOL en Bs As, por lo tanto, habló de la presencia de carteles en la Argentina, no en todo el sector lacaniano, sino en el contexto del Campo Freudiano, lugar, que como ustedes saben, nucleó a todos los grupos lacanianos que luego se disolvieron para fundar la Escuela de la Orientación Lacaniana.

La segunda pregunta que le formularon fue: ¿se puede pensar la Universidad como ámbito apto para la constitución del cartel?

Podemos decir que se trataba de una pregunta extraña, sin embargo Miller respondió:

¿porqué no?, creo que Lacan inventó el cartel a partir de la Universidad. Es mi hipótesis. Conozco esto porque era estudiante en esa época, habíamos inventado una Federación de estudiantes de filosofía y letras en la Sorbona, y se había inventado hacer pequeños grupos de trabajo, lo cual generó un rechazo de parte de los maestros. La idea era que no había que estar escuchando como ahora, una hora y media a un tipo que habla, sino que debíamos producir nosotros mismos saber, y generar una utopía, como fue luego la del 68, pero ya. De manera que estos grupos de trabajo se habían inventado del lado de los estudiantes y habían obtenido un cierto reconocimiento por parte de las autoridades universitarias. Creo que Lacan retomó esta inspiración con el cartel, asentando bien la inspiración anti-jerarquía que había en la juventud francesa de esa época. Hasta acá, Miller.

Como ustedes recordarán y esta ya es nuestra historia, en enero de 1992 se funda la EOL en Buenos Aires.

¿Cómo interpretó la EOL la creación de los carteles y cuál fue el resultado de su trabajo?

En el momento mismo de su fundación, el armado de los carteles estuvo orientado a trabajar, desplazar, diluir los efectos de grupo. Momento de entrada masiva, sostenido en la pertenencia de cada quien a los diversos grupos que la conformaron.

Hoy diría que no es ésta la función que cumple el cartel entre nosotros.

Después de ese período de apertura inicial, de constitución y afianzamiento de la Escuela, nos encontramos con el momento actual, caracterizado por una restricción mayor del ingreso a la misma.

En este sentido, los carteles, estimulados quizá por este hecho, se han constituido en un espacio de trabajo para aquellos, que sin ser miembros, encuentran un alojamiento en el cartel, lo cual les posibilita declarar su pertenencia trabajando en los bordes y buscando por esta vía, la construcción de una trayectoria que les permita finalmente el acceso a la Escuela.

No puedo dejar de nombrar otra función que desde hace al menos dos años, el cartel cumple entre nosotros, esta vez, con los miembros que recién ingresan a la Escuela.

El Consejo introdujo en este tiempo, no sólo una copa de recepción para recibirlos, sino la propuesta de cartelizarse alrededor de temas, que hacen a la Escuela, como modo de darles a los nuevos miembros un lugar de inserción por la vía del trabajo.

Con mucha alegría debo decir que hoy escucharemos el estado de trabajo de varios de estos carteles que sumándose a esta iniciativa, encontraronla forma de hacerse un lugar.

Desde la dirección de la Escuela, pero fundamentalmente desde la secretaría de carteles, hoy a cargo de Irene Kuperwais, junto con su equipo de colaboradores, se estimula permanentemente, la tarea de cuidar e impulsar la formación de los carteles, mucho se ha hecho al respecto y hoy nos encontramos aquí, como todos los años, desde que la EOL se ha fundado, para recoger el fruto del trabajo realizado.

Para concluir entonces, y acorde con lo que les he comentado, quiero enfatizar que este espacio de las Jornadas anuales de los Carteles es fundamental, no sólo por la presentación del estado de trabajo de sus participantes sino porque se constituye en un lugar donde tanto miembros como aquellos que aun no lo son, pueden comenzar a establecer una trama de relaciones epistémicas que facilitan el lazo social con la EOL.

26/09/2013
La Plata