La organización institucional bajo el régimen del Ideal o en torno a la causa
C. Jurado

"La formación sin deseo es vacía y el deseo
sin formación es ciego" Immanuel Kant.

A partir de le invitación del Consejo de la Escuela a trabajar en un cartel sobre el eje de Institución-Escuela encontré la ocasión para explorar algunas cuestiones que me interesan y tengo como preguntas, creo que algunas de esas inquietudes me llevaron a pedir la entrada a la Escuela, otras atraviesan mi trabajo en una institución psicoanalítica. Lo que intentare formalizar es lo que se produce cuando una institución produce su trabajo bajo el régimen del Ideal y la diferencia que la Escuela pensada por Lacan propone para ese problema.

En la "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela" Lacan con el epígrafe nos reenvía directamente a su texto "Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956", allí me detuve en la siguiente frase "la historia nos muestra en Freud la preocupación que le guía en la organización de la Asociación Internacional de Psicoanálisis, y especialmente a partir de 1912, cuando auspicia en ella la forma de autoridad que prevalecerá, determinando con los detalles de las instituciones el modo de ejercicio y de transmisión de los poderes…"[1] y luego dice "…asegurar el mantenimiento de su pensamiento en forma completa…"[2] sitúa un punto desde el cual mirar los fenómenos en los cuales Freud encamino a la I.P.A, continua su texto: "los mecanismos por los cuales un grupo orgánico participa en una multitud"[3] toma el descubrimiento fundamental de la identificación del yo de cada individuo con una imagen Ideal y lo ubica como el punto a partir del cual una Institución se podría organizar y sostener, a condición de no tocar ese punto Ideal, sabemos que Lacan pago con la excomunión de la Internacional cuando intento conmover algo de esa configuración.

Propone en ese momento leer la organización de la institución psicoanalítica bajo un único grado de jerarquía, la Suficiencia, "…esta mas allá de toda prueba. No tiene que ser suficiente para nada, puesto que se basta."[4] Crea un punto central para que estas jerarquías se transmitan, la reproducción imaginaria. Necesita introducir una categoría lógica por fuera de la Suficiencia y para ocuparla se debe estar calificado para mantenerse en esa categoría, los llamo zapatitos o pequeños zapatos; sostienen a la suficiencia con la esperanza de alcanzar alguna vez ese lugar en la institución.

Lacan describe otras categorías dentro de la institución, pero encuentra que lo que ha sido creado para sostener un discurso –el psicoanalítico- tiene en su seno mismo una paradoja, que entre las suficiencias y los zapatitos reina el silencio.

Freud arma una institución que le da garantías a su doctrina, a la totalidad del saber y a los conceptos acuñados por él, es en ese punto que el saber toma un lugar central en la institución, se eleva al rango del Ideal que no puede ser cuestionado ni alterado, tal vez era el precio a pagar para que el psicoanálisis no se extinguiera en aquel momento.

En la Proposición, Lacan ya en los dos primeros párrafos sitúa el problema, es la Escuela el lugar donde se va a instituir algo nuevo, pero solo en el funcionamiento, ¿desde dónde va a surgir la solución al problema de la Sociedad psicoanalítica? En la distinción entre jerarquía y gradus.

El primer principio es "el psicoanalista no se autoriza sino a sí mismo…Esto no excluye que la Escuela garantice que un psicoanalista depende de su formación"[5]. La escuela puede tomar la iniciativa dice Lacan de otorgarla, pero lo que más me intereso es lo que trae después ya que el analista es el responsable del progreso de la Escuela.

Entonces el gradus está implicado en la idea de Escuela, no así en la de institución ya que los intereses son otros (los intereses ahí son los científicos). Desde las jerarquías se sostiene el Ideal y la noción de gradus se le opone, lo primero que podemos pensar es que no tiene nada que ver con el ideal de yo. Según el diccionario Léxico Técnico de Filosofía de Silvia Cuernavacca, gradus es definido de la siguiente manera "en líneas generales, esta palabra alude a cada una de la instancias de lo que es variable, discontinuo y ordenable de modo creciente y decreciente"[6] Entonces, el gradus en la Escuela no puede reducirse a una jerarquía, podemos pensar el gradus con instancias variables y discontinuas sin que incluya la perspectiva de fuga hacia el Ideal.

Los gradus que propuso Lacan son AME (analista miembro de la escuela), AE (analista de la escuela), y AP (analista practicante). El hecho de que cada gradus sea variable, discontinuo y singular nos permite pensar que no se pasa de uno a otro como en estructuras jerárquicas.

En el corazón mismo de la formación del analista ubica a lo real, esta distinción me permite pensar que la Escuela tiene una prioridad distinta a sostener el Ideal, más bien una de las preocupaciones seria que ese real que "provoca su propio desconocimiento"[7] tenga algún modo de ser considerado en la experiencia y en la doctrina.

Otra diferencia entre escuela e institución es la que nos acerca Silvia Salman en su testimonio, "así comenzaba a percibir lo que distinguía a la Escuela de una Institución y algunos años después tuve la convicción de que quería formar parte de ella. Debo reconocer que esa decisión arrastraba cierta idealización que no tardo en revelarse, la de que podía existir una escuela sin el aparato institucional que le hace de soporte"[8]. "¿Cómo se anudaron para mí la lógica institucional y la lógica de la Escuela? Con esta pregunta retomo el anudamiento de ambas lógicas a las que me réferi al comienzo y que trazan una topología de la escuela misma. El pase, que además de los AE, implica una doctrina del final del análisis y una política del psicoanálisis de la orientación Lacaniana, a la vez que descompleta a la Institución, le da forma a la Escuela."[9]

Estos párrafos me resultan esclarecedores en tanto afirma que escuela y aparato institucional tienen una relación lógica, y el esfuerzo de Lacan es inventar mecanismos -el pase es el más importante de ellos, aunque no el único- para hacer surgir una dimensión novedosa, ese espacio en el cual se juega una lógica nueva y en el cual sus miembros cuentan uno por uno y no en relación a la estructura o la jerarquía que alcanzaron. Entonces si los analistas son los responsables del progreso de la Escuela, la doctrina ya no es un orden cerrado, no es lo que hay que preservar para que nada cambie al modo de lo que critica Lacan de la I.P.A.

Para terminar diré que los interrogantes que insisten son: ¿De qué manera pensar la relación entre Escuela e Institución como comunidad topológica? ¿Cómo se dan los pasajes entre un espacio y el otro? ¿Es posible sostener el enunciado Kantiano para la formación del analista? Es decir ¿una formación que se sostenga en la doctrina no será vacía?, pienso que es lo que Lacan sitúa con su crítica a la formación en la IPA, su intención de fundar una Escuela en la cual el progreso de la misma depende del trabajo de cada Uno, ¿no podría inscribirse en el espíritu Kantiano de la doble articulación entre deseo y formación?; a la cual le agregaría en el marco de la escuela.