Florencia Dassen

Actualmente participo de cuatro carteles, uno de ellos, el cartel del pase.

Cuando en la comunidad de la Escuela, los efectos del paso por la Maestría e ICdeBA se hacen sentir, el cartel deviene un lugar en el que sin duda la relación al saber se pone a prueba. Es notoria la hiancia entre el saber referencial con el que cuentan los cartelizantes y la incorporación de ese saber, lo que conduce a que el rasgo de cada uno tome forma, se abra a las vías de la invención. La disponibilidad a soltar los libros y conversar, permite que el psicoanálisis, ese, el que cuenta para cada uno, - que de a ratos parece que se vuelve el mismo para todos-, se agujeree y aparezca lo más vivo de sí: se verifica lo abierto, lo inacabado, lo incompleto. También se verifica que el lazo con el psicoanálisis es siempre singular, por lo tanto, sintomático. El riesgo de la infatuación queda reducido a su mínima expresión, no hay lugar para la última palabra, así como toda pretensión de entender de inmediato impide explorar las vías de la argumentación.

En el caso particular del cartel del pase mantener el espacio abierto a la sorpresa es condición necesaria para que lo nuevo pueda emerger, que la voz da cada pasante se demuestre y resuene en su alteridad, en su soledad sintomática. Soledad que no es sin los otros, su escucha y su debate, pero en ruptura con toda identificación uniformizante.