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JORNADAS

XXIV Jornadas Nacionales de Carteles 2015
Sábado 26 de Septiembre de 2015, CABA

Plenaria II: "Errantes contemporáneos: los no incautos de lo real"

Errantes o contemporáneos
Carlos Rossi

Cuando pongo en relación estos dos términos no puedo dejar de evocar el comienzo de la biografía de James Joyce escrita por Richard Ellmann:"Todavía estamos aprendiendo a ser contemporáneos de James Joyce" [1] y entiendo que ese "todavía" en una flecha lanzada que sigue en el aire. Y es vigente porque resuena con las palabras de Jacques-Alain Miller en su Conferencia hacia al próximo Congreso AMP "…analizar al parlêtre es lo que ya hacemos, y que tenemos pendiente saber decirlo".

Entiendo entonces que no debemos perder oportunidad de encontrarnos a construir la lengua que acerque la clínica y lo contemporáneo. Con una aclaración necesaria: recordar la paradoja de Zenón. Elijan ustedes dónde se ubica Aquiles, dónde se ubica la tortuga. Lo que es seguro es que no se alcanzan más que en un infinito retórico que nos empuja hacia adelante. Y digo retórico pues en este sentido hay que tener el cuidado de respetar la indicación de Lacan: no imitarlo "inyectando cada vez más onomatopeya en lalengua". O sea, me interesa destacar el sesgo de la errancia, que rápidamente se desliza a explicar cualquier conducta que escape a nuestro marco simbólico, en relación a nuestra posición clínica. Si la todavía inestable noción de parlêtre tiene alguna relación con los sujetos contemporáneos tenemos que empezar a coincidir con Miller en que ya los analizamos.

La segunda referencia que quería tomar remite a la leyenda del capitán Willem van der Decken, quien hizo un pacto con el diablo para poder surcar por siempre los mares sin importar los retos naturales que pusiera Dios en su travesía. Pero Dios se entera de esto y en castigo lo condena a navegar eternamente sin rumbo y sin tocar tierra, por lo que recibe el nombre de "Holandés Errante". Reemplacen "diablo" por Nombre del Padre y tenemos una metáfora muy apropiada para la deriva que Miller llama "tener pendiente saber decirlo".

Ahora bien, tal vez haya que introducir una modificación a la fórmula anterior. Una pre-cuela como se dice ahora. Miller, en su presentación al XI Congreso de la NLS "Le sujet psychotique à l´époque Geek", Atenas, 19 de mayo 2013, en la cual hace una interesantísima lectura del recientemente aparecido Seminario 6, se refiere a cómo Lacan introduce la idea de Otro sin Otro como una verdad oculta para los analistas mismos y se pregunta si en ese momento no se trata hasta de una virtud profética de Lacan. Pero la profecía, es mi interpretación, es dual: por un lado, describe un nuevo modo de pensar la subjetividad a partir de otro sin Otro, pero por otro, define un nuevo modo de plantear la clínica.

Una clínica de ajustes y desajustes. De enganches y desenganches. Una clínica que ubique al sinthome como lo plantea Fabián Shejtman en un texto que lleva el sugestivo título de "La clínica nodal no existe aún", totalmente en consonancia con este planteo. Ahí plantea que esta clínica de arreglos, que se orienta desde la perspectiva de la psicosis, supone ubicar lo que llama el reduccionismo teleológico del sinthome: "…el sinthome es el estado en el que queda el síntoma una vez concluido el análisis, que sería un producto de un análisis llevado hasta el final" [2] y además, siguiendo a Lacan, desarma la idea de arreglo eterno.

De esta manera se puede entender por qué Lacan extrae la idea joyceana de Work In progress.

En el trabajo presentado por Silvia Baudini en el último ENAPOL [3] sostiene una perspectiva similar en tanto que "La última enseñanza de Lacan nos revela una pragmática de las curas de la que aún no podemos dar cuenta con precisión" pero se orienta, en este caso en las psicosis, hacia lo que llama la construcción de un imaginario, léase cuerpo, en tanto señala que Lacan en el Seminario 23 pone como ejemplo a Joyce y el testimonio de su separación del afecto del cuerpo.

La Paliza
Doy por hecho que conocemos el interés de Lacan en el Seminario 23 sobre este cuestión que se lee en la página 85 de la edición de Santiago Rueda del Retrato del Artista adolescente: "…había sentido que había una fuerza oculta que le iba quitando la capa de odio acumulado en un momento con la misma facilidad con la que se desprende la suave piel de un fruto maduro". Dos cuestiones: la primera, tenemos un problema ya que se trata de un episodio que le ocurre a Stephen Dédalus pero al mismo tiempo, como refiere su biógrafo, se trata de un episodio que sufre el mismo Joyce [4] a los doce años de edad en la escuela cuando no quiso reconocer la maldad de Lord Byron. En su momento no hizo más que volver a la casa llorando a encontrarse con su madre. Cuando lo escribe, cuando tiene que dar cuenta del hecho de la siempre tormentosa e inestable relación entre vida y literatura describe que algo se desprende. Digo que llama la atención la relativa, y no tanto, cercanía entre el hecho y el escrito. Llamo cercanía, a pesar de que la psicosis no está en el referente, [5] a la corta distancia ficcional entre ambos acontecimientos. Ocurre, pero de manera mucho más evidente, en la literatura de H.P. Lovecraft. Se puede leer cualquiera de sus textos y encontrar, un poco desubicados en la trama, insertados a la fuerza, episodios de su infancia. Como si a pesar de su enorme capacidad narrativa esos hechos se impusieran por sí mismos en la trama de sus novelas. Resulta evidente el modo de auto-tratamiento de la experiencia: dar testimonio "como un intento de obtener un testigo de eso que se experimenta a nivel del cuerpo, tal como las memorias de Schreber, un intento de hacer lazo social con una experiencia completamente fuera de discurso". [6]

Lo planteo como un intento continuado, intuitivo y constante de ambos sujetos de anudar RSI.

Dice Baudini: "Es así que la intervención del analista en la psicosis deberá ser apta para producir RSI, un anudamiento que incluye el afecto del cuerpo. Esa intervención comporta que el analista preste cuerpo, semblante no de objeto sino de cuerpo afectado, que podrá producir una resonancia imaginaria en el sujeto que anuda cuerpo".

Viñeta: Un hombre delira sentado en la cama de hospital, habla de los horrores que sufre, con un tono monocorde, delirios cenestésicos, alucinaciones, etc. Lo escucho y en un momento, tomando mi brazo digo "se me pone la piel de gallina". Ahí me mira por primera vez, se calla y sonríe.

Volviendo al Seminario 6 digamos que estas discusiones corresponden al año 1959. O sea, que más que asustarse por la errancia, digamos que por suerte, porque eso demuestra la vitalidad de su enseñanza: "Todavía estamos aprendiendo a ser contemporáneos de Jacques Lacan".


NOTAS
  1. Ellmann, R., James Joyce, Anagrama, Barcelona, 2002, p. 19.
  2. Entrevista al Dr. Fabián Schejtman, Lacan Digital [en línea]. Consultado en: <http://lacandigital.com/la-clinica-nodal-no-existe-aun/ Guadalupe Ceña>
  3. Baudini, S., "La construcción de un imaginario". Inédito.
  4. Ellmann, R., James Joyce, op. cit., p. 58
  5. Miller, J.-A., La psicosis en el texto, Manantial, Bs. As., p. 117.
  6. Brodsky, G., Clínica de la sexuación, pp. 52-53.