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Las virtudes de una buena amiga | Publicaciones de la EOL | Cuatro+Uno
PUBLICACIONES DE LA EOL

Las virtudes de una buena amiga
Pablo Russo

Agradezco al Directorio de la Escuela y a su Directora, Silvia Baudini, como también a la Secretaría de Carteles y a su Secretaria, Marisa Morao, me hayan dado la oportunidad de presentar, por primera vez en nuestro ámbito (tal vez ya se ha hecho en la ciudad –haré referencia a esa ocasión–), esta hermosa revista, con el sesgo que se me ocurrió tomar, como a una amiga.

Ella tiene ya su historia, por lo cual ha ido acumulando sabiduría, pero a la vez es aún joven (pronto y probablemente ya en su segundo hogar, cumplirá 15 años).

Cuando llegaba a este nuevo y nada fácil mundo, quienes la ayudaban a nacer (Alejandra Glaze y Mario Goldenberg, junto con el Directorio y el Consejo de aquel momento), marcaron su nombre con la significación (nada liviana de llevar) de "la fuerza vital del deseo" –partiendo de su origen en Virtus–, pero ella ha sabido no ser aplastada por los significantes sino hacer uso y transformarse a partir de sus marcas originarias.

Ella, además de bella e inteligente, ha ido creciendo y mejorando cada vez más, ha sido fiel a su único diseñador (el "invencible" Mario Merlo) pero siendo también multifacética, diversa, curiosa, culta y rica en intereses… y, a la vez, es sumamente accesible y práctica; por lo cual… ¡ella es casi completa!

Ella se llama Virtualia (o www.virtualia.eol.org.ar o Fb: Revista digital Virtualia, sus nombres "electrónicos") y es la revista digital de la Escuela, incluso –y en verdad y valor– su house organ virtual. ¡Acaba de salir su Número 30! Su actual director (otro buen amigo, Alejandro Daumas, a quien agradezco me haya propuesto para que les hable de ella) caracteriza (en su Editorial) este acontecimiento por la "solidez profunda" con que ella se "interesa en las maneras en que el ser hablante se las arregla con lo real de este mundo".

Antes del actual, ha tenido 5 equipos de trabajo que la fueron formando y haciendo crecer, dirigidos por Mario Goldenberg, María Inés Negri, Alejandra Glaze, Fernando Vitale y Claudio Godoy. Toda la comunidad analítica (y no solo de la EOL) debería estar muy agradecida con todos ellos así como con el actual Director y Comité de Redacción, pues nos hacen posible y nos regalan la inestimable y ya irremplazable existencia de una Revista sólida y sin par.

Amante de las publicaciones en papel, debo confesar que me ha costado relacionarme con las virtuales, sin embargo y más allá de las virtudes generales de Internet –que hay que ir sabiendo usar de la buena manera– Virtualia se ha ido transformando para mí y supongo que para muchos de nosotros y de muchos otros de habla hispana (dada su enorme cantidad de visitas y consultas, y no solo locales, que se van multiplicando incesantemente) en una referencia fundamental. Todos o casi todos, actualmente, lo digamos o no, cuando tenemos que estudiar, investigar un tema para un cartel, dar una clase o escribir un trabajo, recurrimos a Internet. Debo contarles que el excelente buscador de Virtualia (subrayando su muy buen sistema de búsqueda por varias vías, por números, por términos, por autores) no solo es una de mis principales fuentes sino que me permite algo que considero vital, tener la oportunidad de leer no solo a nuestros referentes mayores sino a mis congéneres, incluso de citarlos. Pero además me permite conocer lo que piensan y escriben colegas de otras latitudes a quienes tal vez no conocería ni leería si no fuera por ella.

Aún no ando haciéndome acompañar por una Tablet ni consulto Virtualia desde un celular pero –también les confieso– ya no me parecen actividades tan lejanas ni improbables. Espero que no al modo por el cual, como cuestiona –mi también buena amiga– Elvira Dianno en el Número 28, las cartas de amor han ido pasando de la pluma al Twitter.

Virtualia incluye enorme cantidad de temas, que en cada edición van ordenándose en secciones que no siempre se repiten –más bien se actualizan–, en casi todas hay un dossier sobre algún tema o algún evento centrales por su importancia de doctrina o por su actualidad para nuestra comunidad, y, en ocasiones, dosificadamente, incluye a otras plumas o palabras que no son solo del campo del psicoanálisis y que nos permiten conocer y conectarnos extramuros; pero sobre todo es una de nuestras mejores puertas al mundo, para que "los otros" conozcan al psicoanálisis de la Orientación Lacaniana. Asimismo asisten permanentemente a sus ventanas lecturas y aprendizajes que los psicoanalistas ensayamos sobre distintos campos del arte o de otros discursos.

Además, su virtualidad no la hace nada evanescente (otra ventaja que debo reconocer a su formato digital), con solo unos clicks cualquiera puede acceder a todos los rincones y maravillas de todos sus números, desde sus editoriales hasta los comentarios de los libros que en cada momento eran novedad o son insoslayables.

Sería imposible contarles en unas líneas todo lo que pueden encontrar en ella, ni en sus 30 números ni tampoco en el último (y en esto también carece de las limitaciones del objeto impreso), solo recomendarles navegarla, recorrerla, conocerla, leerla… Estoy seguro que aprenderán a valorarla, incluso que se harán amigos (¡o amantes!).

Sí puedo contarles que hay un Número "Extraordinario" –en todos los sentidos del término– sobre el 150vo. Aniversario de Sigmund Freud, y uno especial en que el arte queda en manos de los psicoanalistas, que del último Número les recomendaría (siendo completamente parcial e injusto…) el preciso, precioso e imperdible artículo de Miquel Bassols, "Retales", del cual extraigo una conclusión que me parece muy pertinente para valorar y usar Virtualia pero también para seguir valorando y usando el dispositivo del cartel:

"Allí donde el saber está en el centro, hay ausencia de goce. Dicho de otra manera, no hay saber posible sobre el objeto de goce absoluto, das Ding. Allí donde el saber está presente, el goce se convierte en borde del agujero. Allí donde el goce está en el centro, es el saber el que se ausenta, el que se convierte en un borde para ese goce. Hay, pues, discontinuidad, litoral, ruptura, no intersección entre saber y goce, descentrado uno del otro, bordeando cada uno el agujero del otro".

O la entrevista a Gustavo Dessal, en particular cuando toma un video para –refieriéndose a las "nuevas soledades", tema de las próximas Jornadas Anuales de la EOL– un planteo que puede ser pertinente para pensar también el contingente uso de Virtualia, o del cartel por Skype:

"…me parece que Heidegger encontró la manera adecuada de situarse, […] cree que no podemos plantearnos una oposición frontal a la técnica. La técnica es algo que forma parte de la existencia humana desde nuestros orígenes. Debemos, los psicoanalistas, aceptar que la técnica forma parte de la nueva forma de pensar y constituir la subjetividad, pero es cierto que eso trae síntomas". –Y cita un corto, del estilo de una obra de Banksy– "…donde se mostraba una escena que era la siguiente: un joven está caminando por la calle, en un barrio de Londres, está mirando su teléfono móvil y de pronto se cruza una chica, más o menos de su edad, muy bella. Entonces, el relato visual, y literario, está construido de la siguiente posibilidad: […] que él, en ese momento, levanta la vista, la ve a ella, le pregunta algo. Entonces se conocen, se juntan y se inicia una vida. Se juntan y tienen hijos. […] Y hay un momento, donde el relator en off, cuenta la misma situación, donde la chica pasa por delante, él no levanta la vista, no se conocen y la vida tiene otro derrotero".

También puedo contarles que si colocan el término "cartel" en su buscador obtendrán ¡105 entradas! O sea, es evidente que para todo cartel puede ser una herramienta inestimable.

Ella tiene otras virtudes, siempre la mayoría de sus artículos llegan a ella siendo aún inéditos, hoy incluye audios y videos (como la imperdible entrevista en París a Eric Laurent sobre las nuevas relaciones entre la sexualidad y lo femenino, en el Número 29), y no solo en su pantalla están los links necesarios para conectarse con otros sitios centrales de la EOL y la AMP, sino que ¡ya tiene Facebook!

Alguna vez llevó las obras plásticas que siempre la acompañan y engalanan, en agosto de 2005, al Palais de Glace (a eso refería al comienzo con que creía recordar que fue una ocasión en la que se la presentó en la ciudad), y aprovecho para proponer que ya sería tiempo de que algo así vuelva a hacerse.

Por mi parte, entonces y para finalizar, vine a contarles que tengo la dicha de contar con una virtuosa y muy buena amiga, a la que agradezco su existencia inclaudicable y sus aportes –que siempre me acompañan–, que me distrae a veces de los libros pero también del celular, y a la que seguiré frecuentando.