Presentación | ¿Qué es un Cartel? | Catálogo de Carteles | Busca cartel | Noches de carteles | Jornadas
CATÁLOGO DE CARTELES
Catálogo de CartelesPuede consultar el nuevo Catálogo de carteles.

Consultar Catálogo aquí

DECLARACIÓN DE CARTELES
Declaración de Carteles Se encuentra abierta la inscripción de Carteles de la EOL.

Declarar cartel aquí

BUSCA CARTEL
Secretaría
Herramienta diseñada para quienes quieran conformar un Cartel de la EOL pero que no encuentran, aún, con quienes juntarse.

Buscar aquí


Soledades de transferencia | Productos | Cuatro+Uno
PRODUCTOS

Soledades de transferencia
Estefanía Bonifacio

 

En la Proposición del 9 de Octubre de 1967 Lacan afirma: "En el comienzo del psicoanálisis está la transferencia", [1] y lo está por "gracia" del analizante. Una experiencia que involucra a dos partenaires y que sin embargo, constituye por sí sola, "una objeción a la intersubjetividad". La transferencia entonces no podría desarrollarse sino al precio de lo que Lacan llamó el sujeto supuesto saber, una formación "no de artificio sino de vena", desprendida del analizante. Es decir, lo que denomina como un constituyente ternario, "el significante introducido en el discurso que en él se instaura". [2] Esto supone, del lado del analista, la operación de una destitución subjetiva. La distancia suficiente de su propio inconsciente, para que pueda responder a esta situación, que como dice Lacan, "no envuelve a su persona".

¿Cómo se da este paradójico lazo entre quien está desprovisto de su persona en la soledad del acto que lo constituye en tanto tal, y quien solo se dirige a Otro para encontrarse finalmente con la opacidad de su propio goce solitario?

La formulación "soledades de transferencia" surgió como una ocurrencia, que no responde a la pregunta, sino que intenta nombrar la paradoja. Resuena con la "neurosis de transferencia", otro nombre del lazo, producida por el discurso analítico. En este caso, se trataría de soledades que hacen lazo, y de soledades desprendidas del lazo analítico mismo, inéditas.

Me interesa enfocarme entonces en el analista. En la misma conferencia Lacan nos interpela: "¿no desalentaríamos a los aficionados? La destitución subjetiva inscripta en el billete de entrada… ¿acaso no implica provocar el horror, el pánico, incluso el atentado, en todo caso dar pretexto a la objeción de principio? Sin embargo hacer interdicción de lo que se impone de nuestro ser es ofrecernos a un retorno del destino que es maldición. Lo que es rechazado en lo simbólico, recordemos su veredicto lacaniano, reaparece en lo real". [3] Creo que Lacan describe bien el horror y hasta el pánico que entraña la posición del analista, pero leo también una invitación a intentar leer, pensar y bien decir, ese carozo con el que tenemos que vérnosla en la práctica. En soledad.

En otro momento de su enseñanza Lacan alude a la transferencia, no ya desde las referencias simbólicas matematizadas en su algoritmo, sino situando la referencia a lo real de la experiencia. La transferencia en el Seminario 21 es lo que hace irrupción. Surge bajo la forma del "malentendido", "de la cosa imprevista", "de la cosa con la que no se sabe qué hacer". La referencia es allí el cuerpo. Es así que Lacan afirma que "de la experiencia analítica, la transferencia es lo que ella expulsa, lo que ella no puede soportar sino padeciendo por su causa fuertes dolores de estómago". [4]

Como analistas en formación, contamos en principio con el análisis personal, y también con la práctica del control, para intentar hacer con ese real imposible de soportar. Otras transferencias que restituyen el lazo con el propio inconsciente y operan los cortes necesarios para que el deseo del analista se vuelva operativo. Sin embargo, si bien podría decirse que el lazo analítico se basta a sí mismo, y que en tanto tal, hay la imposibilidad del grupo analítico, hay también la necesidad, proveniente del discurso analítico mismo, de agruparse. Es por eso que Lacan propone otro dispositivo de formación, el "órgano de base" de su Escuela, el cartel. Un dispositivo que responde al real de la experiencia, y lo aloja.

No propone una masa, un colectivo, no propone ideales, otras identificaciones ortopedizantes de la destitución subjetiva producida en la acefalía del acto. Propone un pequeño grupo. Plantea entonces otra identificación, la identificación histérica al deseo del Otro. [5] La identificación al deseo de saber, fundado en la falta.

La experiencia del cartel me permitió habitar otras soledades. Salir del ostracismo de la propia lectura, para recoger lo que por circular en el intercambio con otros, retorna como marca singular. Rasgo. Soledad en transferencia. La causa de un deseo de saber y también la causa que no retrocede ante el horror de saber, y empuja, empuja para con el trazo rasgar un real.


NOTAS

  1. Lacan, J., "Proposición del 9 de octubre de 1967, Otros escritos, Paidós, Bs. As., 2012, p. 265.
  2. Ibíd., p. 268.
  3. Ibíd., p. 270.
  4. Lacan, J., Seminario 21"Los no incautos yerran" o "Los Nombres del Padre", clase 10, inédito.
  5. Lacan, J., Seminario 22, "R.S.I.", clase del 15 de abril de 1975.,Traducción de Ricardo Rodriguez Ponte, inédito.