Mesa de apertura
Palabras de Apertura
Roxana Chiatti, Responsable de Carteles de la Sección EOL-Córdoba

Queridos Colegas:

Antes que nada les doy la bienvenida a la ciudad y a las Jornadas Nacionales de Carteles, las que finalmente, luego de un largo e intenso trabajo, hoy celebramos.

Los carteles de la EOL quieren hacerse oír, ustedes lo han constatado leyendo el extenso programa que tienen en sus manos: 135 trabajos, productos de carteles de La Plata, Santa Fe, Rosario, Buenos Aires, Santiago del Estero, San Juan, San Luis, Mendoza, Tucumán y Córdoba , que son efecto de una transmisión.

Afirmamos también con esto, que el trabajo de la Escuela pasa por el cartel; el trabajo, no un trabajo como nos aclara J. -A. Miller; [1] es decir, la transmisión de una exigencia ética, epistémica que Jacques Lacan dio a oír, pasa por el cartel.

Los llegados hace tiempo, los recién llegados, y aquellos que están llegando nos encontramos aquí, orientados por el mismo norte: una causa que nos anima, no sin este aparato libidinal que nos mantiene despiertos -al menos este sábado- , el cartel, para dejarnos tomar por lo que la Escuela quiere decir hoy.

Hace muy pocos días, asistimos en la Sección Córdoba a una conversación de Escuela. Nos preguntábamos cuál era el agalma de la Escuela hoy: ¿Es el Pase? ¿Es el cartel? ¿Es el control? Por supuesto que sí. Esa relación al Otro barrado, la de cada uno de los al menos uno, a ese vacío que debemos sostener, lo bordeamos y tejemos con nuestro trabajo, con nuestras jornadas, con nuestros síntomas, con aquello que circula a su alrededor, y eso es lo que la hace agalmática. Lo libidinal de aquello que la habita, es el modo en que cada cual la hace existir, y eso es cada vez, en cada lugar.

Tomando como referencia "La teoría de Turín sobre el sujeto de la Escuela" [2] sabemos que, si el analista en su posición, está solo, es decir, está sin la Escuela, tiende hacia una construcción de defensa frente al discurso analítico.

Esta teoría pone el acento en la necesidad de dar cuenta de la pasión que nos mueve, uno por uno, en torno a la cosa analítica. No basta con estar poseídos por ella, es necesario al menos saber decir algo acerca de la causa que anima esta pasión en modo lógico, saber transmitirla de alguna manera. Los productos de los carteles son una manera de hacerlo.

La propuesta de J.-A. Miller de pensar la Escuela en la lógica del más allá del Edipo, que plantea otra relación al Uno, no el de la excepción, implica también que nos toca a cada uno de los al menos uno ocupar el lugar de la enunciación, y sobre todo, saber ocuparlo.

Saber ocuparlo, que -al decir de Antonio Di Ciaccia– "implica algo que muestre la perdida provocada por el significante de la que cada uno es efecto. No para lamentarse o vanagloriarse, sino para testimoniar de qué manera la pérdida es la marca original de su posición creativa". [3]

Creativa digo, para tratar ese real en juego en la formación, de forma singular.

El detalle
Estoy muy atenta a lo que Miquel Bassols nos transmitió en su discurso como Presidente entrante de la AMP: "Cuidemos de los pequeños detalles, estemos atentos a lo que pasa desapercibido porque es también lo más singular del síntoma". [4]

El pequeño detalle, que localiza no solo las funciones del objeto a que somos, sino también aquel que anima la causa del psicoanálisis.

Divino detalle que en las acciones de los miembros de las Escuelas, tiene el cuidado de lo regional, el modo en que cada sección y sus institutos de enseñanza e investigación, operan.

Las Jornadas Nacionales de Carteles tienen una particularidad, un detalle, que me encanta: cada quien, a cielo abierto, sin selección, hace escuchar lo propio de su rasgo, solo porque quiere hacerlo. Es casi un breve testimonio.

Muchas veces me he encontrado diciendo, en los controles por ejemplo, la manera en que la neurosis obsesiva pone a prueba el deseo del analista. Del mismo modo pienso, que las Jornadas Nacionales de Carteles ponen a prueba la affecttio societatis, entendida esta -al decir de Berenguer-, "como ubicándose más allá de los sentimientos imaginarios y de los pactos simbólicos". [5]

Más bien dice, del "afecto asociativo entre los que aceptan compartir la comunidad de experiencia de lo real y sus incompatibilidades, su pathos inherente". [6]

Entonces, affecttio societatis que así se vuelve imprescindible para tratar los obstáculos que sí o sí van a presentarse. Es el tratamiento posible a aquello que "no cesa de no disolverse". [7]

Siempre contamos con la alegría del trabajo, de la transferencia de trabajo, donde es la pulsión la que hace lazo, lo libidinal del síntoma de cada cual.

Aprendamos del cartel y su dispositivo, esa disposición circular, recortando de la diferencia de cada uno, la forma en que eso se hace legible y pasa al Otro. ¿No es acaso eso la transmisión, política, epistémica y libidinal?

Los carteles en Córdoba
Hay el gusto de la Sección Córdoba por el trabajo de cartel, lo constatamos en su inscripción.

Podemos leer ese gusto o interpretarlo, de diferentes formas. Una de ellas puede tratarse de un cierto consentimiento a la posición que conviene al más uno de un cartel, como menos uno, sabiendo que en el saber hay un agujero.

Agujero que ha marcado desde sus inicios cierta distancia con el discurso universitario, que identifica saber y poder. El saber, se construye, de a trozos, por relámpagos.

Hay cerca de 80 carteles trabajando en la sección, muchos de ellos formados en su conjunto por miembros, de los cuales cinco son interprovinciales y uno internacional.

Un número importante que, sin embargo, no nos exime de atender al hecho de que eso fracasa, siempre algo escapa, está en fuga.

De entre ellos, en once investigan miembros de la Escuela, tomando como modalidad de trabajo los acontecimientos de la AMP, los seminarios internacionales del Instituto, como así también la transmisión en las noches de la Escuela.

La cartelización de los adherentes al Instituto también se presenta en número importante. ¿Podemos leer allí que la Escuela ingresa en el Instituto por medio de los carteles?

La rúbrica clínica de inscripción al cartel, es la privilegiada por su cantidad. La angustia y la psicosis prevalecen en la elección de temas. En una lectura aproximada acerca de ello, podríamos decir que la clínica ahueca el saber, divide, descompleta la teoría, y la forma cartel da lugar a un tratamiento de ese real en la formación que hace posible no retroceder frente a eso.

Antes de concluir, y para no dormirnos en los laureles, diré que no todo pasa por la contabilidad, hay un real que no es contable.

Agradecimientos
Quiero dedicarme ahora a hacer los agradecimientos, ya que todos sabemos que cada acontecimiento de Escuela no es sin los otros y su libidinización.

A la comisión responsable de la organización, coordinada por Marisa Morao, Secretaria de carteles de la EOL junto a los responsables de carteles de las Secciones y sus comisiones: Santa Fe, Rosario, La Plata y Córdoba, Rosana Battaino, María Laura Errecarte, Mónica Roveri y quien les habla, que desde sus inicios y paso a paso fuimos armando lo que estamos transitando hoy, con ustedes.

A la Instancia Diagonal: Hilda Vittar, Cristina Martínez, Sonia Mankoff por su permanente orientación.

A Silvia Baudini, Directora de la EOL, por acompañar muy de cerca el trabajo de las Jornadas.

Al Directorio de la Sección Córdoba: Alejandro Willington, Mariana Gómez, Estela Carrera, por su constante confianza en nuestras propuestas

Uno muy especial a la comisión cordobesa: Ana Lubatti, Natalia Andreini, Ana Gallegos, Guido Coll y Fernando Mo, por su valioso trabajo, a la manera propia de cada uno.

¡¡¡Nos deseo a todos un muy buen trabajo!!!