Mesa Plenaria: "Usos del cartel y dispositivos de Garantía"
Cartel y Garantía
Gabriela Dargenton, AME, AE período 1999-2000

En el año 1998, en Barcelona, J.-A. Miller situó en su Informe a la Asamblea de la AMP que las Escuelas asientan su estructura en el equilibrio producido entre sus tres pilares: la admisión, la garantía y el pase. Estos tres puntos de apoyo en su interjuego, sostienen una política que tiene un movimiento acorde a los ajustes necesarios que la formación del analista implica y, al mismo tiempo, se asienta en principios. Así, movimiento y principios producen la orientación necesaria que es preciso cifrar cada vez para poder captar por dónde pasa la chispa de la formación, lo que podríamos llamar su ironía.

Sabemos que Lacan indicó al AME como cifra irónica,esas letras que J.-A. Miller hizo resonar como el alma de la Escuela, siendo que ella constituye una garantía dada -no pedida, de hecho, fáctica. Se trata, en el AME, del psicoanalista que ha dado ya sus pruebas porque analiza y –como lo señala J.-A. Miller- "sobre todo gracias a sus análisis hace analistas", [1] una nominación "sin riesgo". Es la ironía que implica garantizar con un título para toda la vida lo que no tiene garantía, el predicado de psicoanalista que no-hay. Podríamos pensar que el producto de las tres instancias, admisión, garantía y pase, pone en relación en la vida colectiva de la Escuela tres consistencias de agujeros: el AP, el AE y el AME.

Ahora bien, en lo atinente al AME ¿cómo juega el cartel su partida? El cartel como instrumento lacaniano que se instala en la Escuela con fines de saber, apunta también a un horizonte político.

Por un lado, su conformación implica una cara de extensión del psicoanálisis, ya que en él pueden también inscribir su trabajo y participación quienes aún no son miembros. Por otro lado, su funcionamiento celebra cada vez una conversación que se despliega singular a cada conjunto y lo hace alrededor de un Real común a ese pequeño grupo, de modo que allí muchas veces van a parar interpretaciones, puntos de vista, opiniones sobre cuestiones que hacen a la Escuela (noches, convocatorias, etc.).

Así, el saber que circula en el cartel se distingue totalmente de la enseñanza y es más bien el vehículo y la invención del efecto de cada encuentro, algo de lo que J.-A. Miller llamó "elaboración provocada". [2]

De modo que si ahora volvemos a la pregunta sobre la relación del cartel a la garantía, pienso que podríamos situar algunas respuestas: el cartel como dispositivo puede garantizar la salida del Uno para ir al lazo con el Otro. Pero también cada miembro de un cartel puede relacionarse con un saber y con un modo de hablar que hace de la participación en él una responsabilidad de que este exista; la disolución está siempre en la mano del Más-Uno. Desde esta perspectiva, no pienso que haya que enlazar al AME con la figura del Más-Uno, lo que lo ubicaría más como líder que como Más-Uno. Sino que, al revés, podríamos preguntarnos cómo el AME, psicoanalista de facto, realiza su experiencia de saber a partir de su división, a partir de una relación a la castración tal, que haga existir el agujero en el saber.

"Nuestro discurso -dice Lacan- no se sostendría si el saber exigiera la intermediación de la enseñanza. De ahí el interés del antagonismo que destaco aquí entre la enseñanza y el saber". [3]