Mesa Plenaria: "Usos del cartel y dispositivos de Garantía"
El cartel y la alegría
Elvira Dianno, AP

Mientras pensaba en que iba a usar estos maravillosos eternamente escasos siete minutos para hablar de cartel y garantía, leía y pensaba: "¿Y si hablo de los grupos?" Seguía leyendo "que el cartel y los grupos… que el Más-Uno perfora las identificaciones imaginarias entre los miembros y la demanda de un saber listo dirigido al amo que alimenta la inercia de la pasión o de la ignorancia…", [1] y pensaba cómo había transitado los carteles de los que he formado parte, recordaba eso que sabemos "acerca de que la pregunta singular de cada uno se enlaza en el colectivo para producir un escrito propio". [2] Pese a lo mucho que me gusta escribir, he producido más anzuelos que escritos, videos que al fin y al cabo ponían imagen y sonido a un escrito. Sigo leyendo: "Tres dispositivos de la garantía Pase, cartel, permutación para minimizar los efectos imaginarios del grupo". [3] ¿Quién no ha pasado por los efectos imaginarios de un grupo?

Si Lacan inventó el cartel para defender el psicoanálisis del goce y hasta disolvió la Escuela para salvar el psicoanálisis, ¿seguir hablando de eso? Mh… ¿No será re-iterar?

Los carteles fulgurantes y los ampliados me permitieron transitar de un cartel a otro eludiendo algo del automaton que me agobiaba y entonces diré algo del y desde el cartel que -después de varios intentos fallidos- pudimos armar; un cartel ampliado, interdiscursivo, interprovincial, internacional, interoceánico, un miembro de la ELP, una asociada de la NEL (México DF), tres miembros de la EOL de tres localidades diferentes (Bs. As., Rosario, Santa Fe), dos cartelizantes psicólogos (Paraná y Santa Fe), un estudiante y una artista plástica, el cartel: Arte y psicoanálisis.

Si bien el tema nos encontró, lo que nos reúne -en las redes, en el cine, en los mails, el grupo del Facebook, skype- y el efecto de nuestros encuentros es de alegría.

Leo en Anna Aromi: "Lacan decía que el secreto de la alegría está en el encuentro con los otros con los que se pueden compartir las causas de esa alegría, cuando ella se produce, y J.-A. Miller hace valer que esta posibilidad del encuentro es lo que impide que la vida se hunda en el aburrimiento". [4]

El cartel, el trabajo de cartel, también va de la mano de los análisis que avanzan abriéndose paso entre las tinieblas del goce -rivalidades imaginarias de los grupos- y cuando esas puertas que dan paso a la Escuela se abren en un cartel, también puede haber algo de esa alegría de la que se puede disfrutar cuando el no-hay-relación-sexual deja de ser una fórmula.

Roxana Chiatti –responsable de carteles de Córdoba y anfitriona de este encuentro- en el periódico Página 12 "bienviniéndonos", dice: "Las Jornadas de carteles, una por una desde hace 23 años, alojan los productos de trabajo que surgen de estos pequeños grupos. Con alegría se puede decir, que en esta ocasión, se recibieron 135 de esos productos". [5] Y agrega: "pero el rasgo singular de estas Jornadas está dado por su carácter itinerante, hoy es aquí, mañana es allá". Claro, "permutan"; y el deseo y la transmisión pasan. Permutación: ese es el significante, el cartel per- muta. Cambia, itinera, no itera no re-itera. ¡Que alegría!

He traído un poema de Mario Benedetti, en nombre de mis compañeros de cartel, del que soy su más- uno.

Defender la alegría [6]

"Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría".

Me quedo con defenderla de las mayúsculas, la muerte, la obligación de estar alegres y también de la alegría.