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El analista traumático | Productos | Cuatro+Uno
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El analista traumático
Alejandra Breglia

 

Este trabajo se inscribe en el marco de un cartel clínico del que formé parte cuyo tema era "Partenaire-síntoma". Diversas lecturas me llevaron a delimitar mi rasgo inicial "síntoma-fantasma-goce" articulado con la "posición del analista" en tanto "analista traumático".

Lacan, el 4 de mayo de 1972 decía: "Un psicoanálisis reproduce […] una producción de la neurosis [...] Esa neurosis, que no sin razón atribuimos a la acción de los padres, solo es alcanzable en la medida en que la acción de los padres se articula justamente por la posición del psicoanalista. En la medida en que converja en un significante que emerja de ella, la neurosis se ordenará según el discurso cuyos efectos produjeron al sujeto. Todo padre (parent) traumático está en suma en la misma posición que el psicoanalista. La diferencia es que el psicoanalista, por su posición, reproduce la neurosis, mientras que el padre (parent) traumático, la produce inocentemente. Se trata de reproducir este significante a partir de lo que fue su florecimiento. Constituir un modelo de la neurosis es, en suma, la operación del discurso analítico. ¿Por qué? En la medida en que le quita la dosis de goce."[1].

Un psicoanálisis entonces reproduce la neurosis y un analista está en la misma posición que el padre traumático: reproduce lo que el padre produjo y de allí construye un modelo de la neurosis donde la operación será quitar goce.

Siguiendo la última enseñanza de Lacan sabemos que si hay goce, es el goce del cuerpo, goce situado como acontecimiento de cuerpo, lo que implica tomar al cuerpo en tanto que goza y en esta línea el acontecimiento de cuerpo es lo que se deriva a partir del traumatismo inicial sufrido a causa de lalengua.

Ese encuentro de lalengua sobre el cuerpo fue significado con el fantasma y con los síntomas que no eliminan lo que fue el encuentro con lo real. Justamente la repetición viene a dar cuenta que lo real es su soporte y que se repite porque ha habido ese mal encuentro ineliminable con lalengua.

¿Qué significa que haya traumatismo y que el analista -en tal caso- tome el relevo del padre traumático?

Siguiendo el desarrollo de Jacques-Alain Miller en Piezas sueltas, "Significa que la desarmonía es originaria, que el sonido de lalengua jamás es armónico, que no sintoniza con nadie. Significa que la desarmonía no puede ser remediada… Lalengua hace del ser que la habita y que la hablará un enfermo, un discapacitado. Lo único que puede hacer con lalengua es convertirla en una obra.[2]"

En un psicoanálisis se tratará de orientarse a leer lo legible de este acontecimiento singular de ese traumatismo siempre contingente, pero hay que reconocer que seguirá habiendo lo ilegible. Resolver por medio del sentido no agota todo, queda un resto un real disyunto al saber y "decir que los efectos de la interpretación son incalculables significa que el real que está en juego no es un tipo de real que conlleve un saber.[3]"

Entiendo que estamos al ras mismo de la práctica, donde el real del que se trata es un real disyunto del saber y es en este sentido que ir más allá del síntoma y del fantasma adquiere toda su amplitud.

Aquí talla precisamente la función que es propia de lalengua: el goce, abriendo un interrogante por esclarecer: si hay un saber que trabaja para el goce y si entre saber y goce habría conjunción.

En un análisis podrán darse las condiciones para arribar a un poco de real -vía el sinthome- no el real que está radicalmente excluido.

Ahora bien, habría alguna relación a dilucidar entre la posición del analista y ese real que el analizante delimitará en el recorrido analítico:

· Se tratará de la posición del analista a partir de haber aislado su propio real en tanto imposible de soportar, encarnar lo real para el analizante? Algo que podría inscribirse en la experiencia analítica a partir de ese rasgo, ese estilo, que es de cada quién como analista, producto de su propio encuentro con ese real?

· Podría ser una versión del analista traumático: aquel que habiendo hecha su propia experiencia, aquella que le permitió encontrar la propia solución frente a su imposible de soportar -si podemos delimitar este real como lo imposible de soportar-; encarne lo imposible de soportar para cada analizante?

Restaría conocer cómo cada uno lo convertirá en obra…

Agosto 2013.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 19. "…o peor". Editorial Paidós. Pag. 149 y 150.
  2. Miller, Jacques-Alain. Piezas sueltas. Editorial Paidós. Pag. 47.
  3. Idem, pag. 64