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Carteles, La Plata 2013 | Plenarias Jornadas | Cuatro+Uno
PLENARIAS JORNADAS

Plenaria: Cartel y Escuela: Efectos de formación
Cartel y Escuela: efectos de formación en el siglo XXI
Marisa Morao

1. La Escuela
Lacan no toma la excomunión como un incidente en su vida, un accidente, convierte su excomunión en la consecuencia de una lógica interna al psicoanálisis, casi necesaria debido a la manera en que Freud había concebido el psicoanálisis, su organización y su trasmisión".[1]

Luego de la excomunión sitúa la posición del analista en la cura analítica como una posición de desecho, "se hace él mismo el testigo de un cierto fracaso para el psicoanálisis" [2]

El término fracaso es retomado en varios lugares de su enseñanza. Podríamos decir que la Escuela y el cartel se tejen alrededor de un fracaso fecundo denominado vacío.

En el 1964, funda la Escuela en un acto que en tanto tal es sin Otro, dice "… solo como siempre lo estuve en mi relación con la causa psicoanalítica". [3] Solo en relación con la causa analítica se distingue de único y también de aislado. Así al fundar la Escuela renuncia a su soledad. Entre otras razones es por eso que hoy estamos aquí, con otros.

La Escuela es una experiencia inaugural. El acto es un corte, es una ruptura respecto de un modo de organización anterior de los psicoanalistas de la IPA - lugar del cual fue excomulgado. La Escuela se funda así como discontinuidad.

J.-A. Miller lo señala en Política Lacaniana "La Escuela como experiencia inaugural es un esfuerzo por arreglárselas en forma diferente a la de Freud con los analistas- como resultado de un análisis-, y con la enseñanza y la trasmisión del psicoanálisis".

La hipótesis de Lacan es que el modelo de Sociedad psicoanalítica que Freud instituyó desconoce el real en juego del que se trata pero a la vez lo protege. Freud "vió allí el único refugio posible para evitar la extinción de la experiencia". [4]

Para Lacan la fundación de la Escuela es una apuesta a su enseñanza, a que ésta persista. Es el modo de proteger al psicoanálisis, -como él lo indica- "de una práctica mitigada por la invasión de una psicoterapia asociada a las necesidades de la higiene mental". (Reconocemos aquí la anticipación de Lacan acerca de la propagación contemporánea de las corrientes "psi" que empujan a la universalización de los goces con el consecuente efecto segregativo)

En "El acto de fundación" de la Escuela como apuesta a su enseñanza, podemos destacar tres puntos:

  1. La Escuela es un refugio, es una base de operación contra el malestar en la civilización. Se apuesta a que fuera refugio para el Psicoanálisis mismo.
  2. Laca no señala que su enseñanza solo puede trasmitirse de un psicoanalista a otro, dice "la enseñanza del psicoanálisis solo puede trasmitirse de un sujeto a otro por las vías de una transferencia de trabajo".[5]
    En este aspecto la trasmisión de su enseñanza no es una "trasmisión en masa", es una "trasmisión de uno a otro, no a una masa de otros que se efectúa con el modelo de la experiencia analítica".[6]
  3. Uno de los caminos para comprometerse en la Escuela es bajo un modo de funcionamiento de grupo llamado cartel: "El grupo constituido por elección mutua según el acto de fundación y que se llamará cartel se presenta para mi aprobación con el título del trabajo que cada uno se propone llevar adelante".[7]

A partir de La Proposición… La Escuela a través del dispositivo del pase y a través del modo de funcionamiento del cartel apuesta a descompletar la formación del analista nunca concluida.

La formación no hace un todo, no se cierra sobre sí misma, hay efectos de formación.

La formación es no-toda en parte por la hiancia estructural entre la causa y el efecto. Hay un real en juego en la formación misma del psicoanalista, un imposible que la agujerea.

Este real puede provocar su propio desconocimiento hasta producir su negación sistemática como sucedía para Lacan en las "Sociedades existentes" para las cuales la enseñanza tendía "en conformidad" a una rutina cómoda.

Bajo esta perspectiva, en "La equivocación del sujeto supuesto saber" nos recuerda que el inconsciente intranquiliza; los psicoanalistas "por haber querido tranquilizarse a sí mismos acerca de él, lograron olvidar el descubrimiento". El inconsciente es, "por naturaleza, muy poco tranquilizador".

Leonardo Gorostiza lo señala en su texto "Lo que aguardar significa" (texto que formó parte de la Conversación "¿Cómo se forman los psicoanalistas en la EOL 20 años después")

Dice: "Más bien, el inconsciente "intranquiliza". Fundamentalmente porque el inconsciente al que Lacan se refiere cuando se lamenta de que los psicoanalistas no quisieran creer en el inconsciente para reclutarse, es "el inconsciente que no hace semblante". Es decir, que ese inconsciente no es otra cosa que la hiancia misma de la cual está suspendida la posición del psicoanalista y donde éste debe encontrar la certeza de su acto… Elaborar el inconsciente, como se hace en el análisis, no es nada más que producir su agujero. (…) Allí adentro, estoy solo.". Es decir que se trata de una hiancia, un agujero, un vacío, que es constituyente de la experiencia analítica y que hace a la soledad del acto analítico".[8]

Como respuesta a este impasse Lacan apuesta a que el reclutamiento de los analistas de su Escuela se base en la relación de cada uno con su inconsciente.

2. El cartel
Luego de la Disolución de su Escuela, a causa del "efecto de grupo consolidado, a expensas del efecto de discurso que se espera de la experiencia, cuando ella es freudiana". [9], Lacan pone en marcha la Causa freudiana y restaura en su favor el órgano de base retomado de la fundación de la Escuela, es decir el cartel.

Es en este aspecto que Irene Kuperwajs-Secretaria de Carteles de la EOL- afirma: "Basta recordar que en el "Acta de Fundación de la Escuela", introduce el Cartel como principio de funcionamiento de la Escuela para una elaboración de saber sostenida bajo la modalidad de "un pequeño grupo".

Lacan plantea para el modo de funcionamiento del cartel el matema 4+1. Cuatro se escogen para proseguir un trabajo que debe tener su producto. Hay una condición, el producto no es colectivo, es de cada uno. La función del más-uno es la de velar "por los efectos internos de la empresa y de provocar su elaboración".

Para prevenir los efectos de pegoteo propone la permutación (trabajar durante un período de uno a dos años). "Vayan. Júntense varios, péguense unos a otros el tiempo que haga falta para hacer algo y disuélvanse después para hacer otra cosa".

Este dispositivo de trabajo original propuesto por Lacan "… tiene en cuenta los efectos de grupo y apunta, por su estructura y su funcionamiento, a limitarlos lo más posible". [11]

Podemos decir que el cartel por su estructura nos advierte que estamos siempre al borde del embrollo.

Respecto de su trabajo no hay que esperar ningún progreso a no ser el de "poner a cielo abierto periódicamente -como hoy, aquí- tanto los resultados como las crisis de trabajo. Es decir hacer pasar a la comunidad analítica el trabajo particular de cada uno que incluye los escollos, los tropiezos, inclusive las detenciones.

El cartel como dispositivo de trabajo conjuga el lazo social que invita a producir un saber que se descompleta con la palabra contingente del uno por uno, permite "…la producción de un saber no acabado, es decir de cada uno con los otros"[12]

El producto de cada uno es puesto a cielo abierto, puede haber conversación y no saber acabado; enseñanza antes que "suficiencia didáctica". En la secuencia: juntarse para trabajar- producto de cada uno- despegue- el lazo social no se abandona. Así, Lacan apuesta a un lazo en el cartel que no haga masa. Esta cuestión también afecta la función del más uno, como lo menciona J.-A. Miller en "Cinco variaciones sobre el tema de "La elaboración provocada", el más uno no se añade al cartel más que descompletándolo.

Para concluir:
La Escuela y el cartel -como modo de funcionamiento planteado por Lacan de su órgano de base- se tejen ó entrelazan alrededor de un agujero en el saber.

Se apuesta a una lógica sin Otro que lejos de promover el estigma estoico en el que se puede prescindir de los otros- "prescindir del Otro para ser uno solo", invita a tocar el borde de su inconsistencia y de su indecible.

Nuestro refugio va en contra de la segregación que se intenta del discurso analítico, va también en contra de la auto segregación, modalidad de respuesta que implica descreer del Otro sin hacer frente a su inconsistencia.

La formación y sus efectos se sostienen "sobre un punto de real que mantiene abierta las respuestas acerca de los que es un analista".[13]

En esta experiencia somos responsables de no desconocer aquello que sutura los puntos de imposible.

Septiembre 2013


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Miller, El deseo de Lacan
  2. Idem
  3. Lacan, J., "Acto de fundación" en Otros escritos
  4. Lacan, J., La proposición del 9 de octubre de 1967 en Otros escritos
  5. "Acto de fundación", p.254
  6. Miller, J.-A., Política Lacaniana, p.23
  7. Lacan, J., "Acto de fundación" en Otros escritos, p.253
  8. Gorostiza, L., Intervención efectuada en la Jornada de la ECF del 5 de febrero de 2011, convocada con el título Question d'École. Lacan et l'intraquillité du psychanalyste (Cuestión de Escuela. Lacan y la intranquilidad del psicoanalista), más precisamente en la mesa reunida en torno al tema "Ce que Lacan attendait de son École" ("Lo que Lacan aguardaba de su Escuela")
  9. Lacan, J., Carta de disolución, en Otros escritos, p.338.
  10. Lacan, J., Desescolaje, en El cartel en el Campo Freudiano, Editorial Eolia, Bs. As. 1991.
  11. Wapol. Pag. web de la AMP.
  12. Aramburu, J., "Los carteles y la Escuela" en El deseo del analista
  13. Aramburu, J., "La escuela sin Otro" en El deseo del analista