EDICIÓN #3
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MIRADAS
Oscar Niemeyer
Oscar Niemeyer, "El arquitecto de la audacia" como fue llamado por muchos, seguidor y promotor de las ideas de Le Corbusier, considerado uno de los personajes más influyentes de la arquitectura, pionero en la exploración de las posibilidades constructivas y plásticas del hormigón armado, muere el 5 de diciembre último a la edad de 104 años. Nacido en Río de Janeiro en 1907, en una familia burguesa de origen alemán, portugués y árabe, diseñó más de 600 proyectos en todo el mundo en sus más de 70 años de carrera. En 1960, proyectó junto al urbanista Lucio Costa y al paisajista Roberto Burle Marx, lo que sería la nueva capital del país, Brasilia. Una ciudad con formato de pájaro en vuelo, en la que construyó edificios futuristas de líneas sinuosas como curvas femeninas de hormigón armado. "Queríamos hacer edificios que crearan un cierto estupor porque eran diferentes". "No es el ángulo oblicuo lo que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas está hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein" El calificativo de revolucionario le cabe a Niemeyer no sólo por los innovadores diseños de sus obras, sino también por su comprometida militancia política, que lo llevó al exilio en los años 70, durante la dictadura militar brasileña. La ciudad de Brasilia, fue el símbolo del sueño brasileño de unión e integración nacional. Esta capital, nació innovadora, diferente de todas las otras ciudades del país, pero sobre todo fueron los edificios futuristas del arquitecto los que la tornaron instantáneamente famosa. El modernista predio del Congreso, con sus semiesferas invertidas y avenidas pasando por el techo, así como la monumental catedral, se convirtieron de inmediato en iconos del país. El Palacio de Planalto (originalmente llamado Palacio de los Despachos), sede de la Presidencia, fue uno de los primeros en ser finalizados, con sus arcadas de mármol que parecen mantener el conjunto apenas apoyado sobre el piso. Más tarde surgieron el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería, que parece flotar en un pequeño estanque, y más recientemente el Museo Nacional de la República, con su diseño que recuerda el planeta Saturno, ambos situados junto a la gigantesca avenida llamada Eje Monumental. En todos ellos, las curvas parecen desafiar la gravedad y las estructuras de cemento, cobran vida poniendo de manifiesto el trazo propio de Niemeyer, que dota al conjunto de una enorme sinuosidad en medio de los amplios espacios vacíos. Sus obras fueron el resultado de conceptos fundamentales, de los que iba extrayendo conclusiones que proyectaban hacia el futuro. A pesar de los problemas de salud propios de su avanzada edad, Niemeyer se mantuvo trabajando en su atelier de grandes ventanales curvos frente al mar, en el barrio de Copacabana. Sus ideas, plasmadas en la revista "Nosso Caminho" se seguían publicando periódicamente. Durante los últimos 15 años. Ocupaba sus tardes de los martes en charlas en las que debatía con colegas, amigos y alumnos sobre filosofía y estudios del espacio. Supervisaba personalmente los proyectos encomendados desde su escritorio y participaba en los diseños, dejando al morir, una veintena de obras en marcha en varios países. Sus Obras:
También diseñó:
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